Un balde de agua fría cayó sobre el Intendente José Luis Falero, la semana pasada, cuando se reunió con la Comisión organizadora de la Fiesta del Mate, para recibir el informe del contador de la Intendencia asignado a ese grupo. Más que un calentito y acogedor mate a la uruguaya, los resultados económicos del evento se parecieron más a un helado tereré paraguayo. Fuentes consultadas por sj.uy aseguran que a Falero se le transformó la cara cuando escuchó la cifra del déficit que arrojó este evento en su accidentada edición 2017. No es para menos, ya que la cifra superaría los ocho millones de pesos, unos 300.000 dólares.
Originalmente la edición número 14 de la Fiesta Nacional del Mate estaba prevista para el 17, 18 y 19 de febrero, pero pronósticos climatológicos adversos llevaron a la suspensión y postergación de las actividades, que también incluían el Día del Gaucho. Además del alerta meteorológico para aquel fin de semana, las lluvias hacia el centro del país, había provocado el sorpresivo desborde del río, sin que hubiesen existido precipitaciones en San José. Todas estas condiciones llevaron a la acertada suspensión en febrero, aunque nadie podía presuponer que al final, sería un hermosísimo y soleado fin de semana. Se vivieron momentos tensos en la interna de la organización en esos momentos, tratando de reprogramar, fundamentalmente, los principales números artísticos contratados. La fiesta se reprogramó exactamente para un mes después, el 17, 18 y 19 de marzo, pero hubo varios artistas contratados que no pudieron hacerse presentes en esa fecha.
También la difusión y promoción ya no alcanzó el impacto de la fecha original y eso repercutió en una acentuada caída en la cantidad de público. A modo de ejemplo, para la fecha original se esperaban 20 ómnibus desde Buenos Aires y en marzo, solo vinieron dos. Prácticamente concurrió la mitad de la gente que había participado en la edición 2016. En cada edición de la Fiesta, el día sábado ha sido la jornada más fuerte en cuanto a convocatoria de público, y en esta edición no se llegaron a vender 8.000 entradas, casi la mitad de la edición 2016. El domingo se vendieron unas 5.000 entradas y el viernes no se cobró entrada tratando de mitigar el impacto de la postergación, atendiendo que para esa fecha de marzo, ya había comenzado el “año laboral” y lectivo.
Todo hacía prever una importante pérdida del dinero invertido. Es justamente la venta de entradas el mayor foco de recaudación para recuperar la importante inversión que demanda cada espectáculo. Algunas versiones indican que uno de los espectáculos más caros tuvo un costo superior a los 48.000 dólares, lo que fue confirmado por sj.uy. Se trató de la presentación de Natalia Oreiro, que atravesaba un momento alto en su cachet debido al lanzamiento de la película “Gilda”. En esos días actuó en el Teatro de Verano de Montevideo y habría cobrado 80.000 dólares por esa actuación, que tenía un costo de 4.000 pesos cada entrada; y se llenó. En los contratos artísticos siempre se estipula una “multa” por suspensión, que es equivalente al 50% del monto del espectáculo.
Desde la organización se logró sortear ese trago amargo, evitando, en la mayoría de los artistas de mayor costo, tener que pagar la multa. Inclusive en aquellos que finalmente no actuaron, como en el caso del Cuarteto de Nos, que sin problemas acordó no cobrar la multa, a condición de tener una actuación en futuro próximo. Este exitoso grupo uruguayo, tiene un costo de 25.000 dólares. También hay cifras altas en lo que refiere al alquiler de estructuras para escenario, ya que la suspensión multiplicó costos. El escenario se mantuvo armado y con custodia de seguridad por todo el mes que se postergó el evento. Otro ejemplo es que hubo contrataciones de hospedaje para artistas que debieron pagarse a pesar de la suspensión. También en material gráfico, calcos y folletería, que fue impresa con la fecha original y así fue distribuida.
La suspensión la sacó de circulación y se prefirió no volver a imprimir con la nueva fecha. La postergación tuvo impacto hasta en las diversas licitaciones por las cuales la intendencia recupera dinero, se debieron a justar a la baja para mantener los servicios que se propondrían al público asistente. Por un lado se incrementaron sensiblemente los costos y al mismo tiempo que se desplomaba la posibilidad de recuperar el dinero invertido. Fue una ecuación nefasta. Ahora, según pudo saber sj.uy, se inicia un proceso de reformulación de este evento. Si bien la idea es continuar realizando la Fiesta del Mate, se buscarán modificaciones que minimicen el riesgo de pérdidas económicas como las registradas en este 2017. Este tipo de eventos son deficitarios en todo el país; pero a pesar de ellos se siguen realizando por la movilidad económica que provocan durante los días de duración en las ciudades donde se efectúan. En el caso de la Fiesta del Mate, también permite a diversas instituciones a recaudar durante esos días y solventar sus presupuestos y actividades.
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