La pregunta fue ¿Tiene cuatro patas, muge y da leche?. La respuesta fue: una rana. En el caso de contaminación del arroyo Tigre, alguien nos advirtió: “Van a decir que fue un productor rural, no quieren señalar a la Planta de UTE”. El evento de contaminación se produjo en el mes de febrero, pero desde la Intendencia recién se dijo algo, inmediatamente después que el tema fuera difundido por sj.uy. Los colegas de “info Libertad” fueron informados que se habían recogido muestras y que se esperaban los resultados del laboratorio. Posteriormente, el tema fue denunciado en la Junta Departamental, y ahí si la Intendencia salió de su silencio público. Los resultados de laboratorio que hacía un mes “estaban esperando”, aparecieron rápidamente.
Como ocurre siempre que se trata de tapar el sol con un dedo, la luz se termina colando. El director de Gestión Ambiental – antes conocida como “Dirección de Higiene” – de la Intendencia, Juan Carlos Alvarez, confirmó la contaminación según los resultados obtenidos en laboratorio. Dijo muy poco, pero lo poco que dijo, resultó valioso. El miércoles 21 de marzo, el diario Primera hora publica que Alvarez admitió la existencia de “valores altos de coliformes” así como “un aumento de la salinidad, de la conductividad y otros valores que están por fuera de lo normal”. En esa misma nota, Alvarez indica que “no se detectó contaminación arroyo arriba” y menciona que uno de los posibles orígenes del vertido es la planta de UTE. “Una de las teorías que se maneja tiene que ver con el manejo del agua que se realiza en la planta, la que en determinadas tareas de limpieza puede provocar el vertido” habría indicado Alvarez según publica ese periódico.
Pasaron 48 horas de esa publicación y sin que hubieran mediado nuevas acciones, la responsabilidad por la contaminación se concentra en productores rurales. El mismo periódico, el sábado 24 de marzo, publicó: “Arroyo Tigre contaminado por vertido de productor. Vertidos que provendrían de un productor serían la causa de la contaminación que experimenta el arroyo Tigre. Esa sería la hipótesis más fuerte que está manejando Higiene”. En esa nota se indica que UTE negó responsabilidad en la contaminación y defendiendo esa postura, anónimamente, vecinos y pescadores, atribuyen el vertido a productores rurales, según indica el periódico. Así de simple se descarta a UTE. Pero esos “vecinos” y “pescadores”, dicen que la contaminación se detecta “arroyo arriba, cerca del puente, un par de kilómetros antes de llegar a la planta”. Esto contradice drásticamente lo informado originalmente por Alvarez, quien aseguró que se recorrió la zona y no se detectó contaminación “arroyo arriba”.
También estos vecinos y pescadores anónimos, indican que estos episodios de contaminación se registraron aun antes de que se instalara la planta de UTE. También es curioso ese dato, pues no se habían conocido eventos de polución, ni siquiera en la propia intendencia, porque de existir antecedentes al respecto, desde un principio se tendría que haber manejado exclusivamente la hipótesis de contaminación agropecuaria. Sin embargo, los ojos estuvieron puestos seriamente sobre la planta de UTE. Otro aspecto importante en esta consecución de artículos periodísticos sobre el arroyo Tigre, que con diferencia de pocas horas, desaparecen de escena algunos de los elementos contaminantes más reveladores. En la nota del sábado ya solo se habla de contaminación por “aguas servidas” refiriendo a la carga de coliformes informada por Alvarez. Nada se dice sobre los “valores por fuera de lo normal” de la salinidad, conductividad y “otros” que se detectaron en el agua del arroyo. Hay una importante diferencia entre vertidos de aguas servidas, o hasta desechos agropecuarios, con vertidos provenientes de una industria, según pudo saber sj.uy con personas conocedoras de temáticas sobre contaminación.
Pero además en caso de tomar como fuente exclusiva de la contaminación el vertido de aguas servidas, las fuentes consultadas – que han trabajado en monitoreo de efluentes en arroyos – indicaron que debido a la magnitud de la contaminación que se observa en las fotografías, y usando un ejemplo bien gráfico, dijeron que “debieron volcarse varias barométricas para alcanzar ese estado”. Pero en este último escenario solo se habla de coliformes y ya no se menciona, por ejemplo los “altos valores de conductividad”. La conductividad se relaciona con la cantidad de metales en el agua. Pero además de haber desaparecido de la información pública lo relativo a estos contaminantes, en ningún momento se manejaron los valores constatados. Desde sj.uy e “info Libertad” se ha tratado de acceder al informe del laboratorio, pero ha sido imposible conseguirlo. El silencio de la Intendencia primero, las vagas declaraciones del director Alvarez después, las declaraciones improvisadas y finalmente el cambio en las teorías sobre el origen del vertido, solo contribuyen a generar suspicacias. En las últimas declaraciones, la Intendencia parece descansarse en la Dinama. La intendencia debería tener fuerte protagonismo en el esclarecimiento de este episodio de contaminación, independientemente del trabajo que realice el ambiente nacional. La primera responsabilidad es de la Intendencia, más aún cuando ya está confirmada la contaminación y solo resta detectar su origen… nada más y nada menos.
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