El Intendente José Luis Falero juega con la inteligencia de todos y se aprovecha de la pasividad de los ediles. Ahora vuelve con otro intento de tomarnos el pelo. Otra vez con su acentuada predilección por favorecer a los poderosos, no oculta un cierto grado de desprecio y ninguneo hacia quienes están lejos del poder, ya sea político o económico. Puso toda la estructura de la Intendencia en favor de trabajar en impulso al shopping y él personalmente ha encarado con énfasis la gestión de importantes beneficios económicos para ese emprendimiento.
Sin embargo, cuando dos cooperativas reclaman ser exoneradas de pagar la Tasa de Arquitectura o Permiso de Construcción, lo rechaza con un argumento falso, diciendo que tal exoneración no estaba prevista en el Presupuesto. ¿Acaso tenía previsto en el Presupuesto contar con los 500 mil pesos por el impuesto que pagarían estas cooperativas de viviendas?. Una fantasmada, otra más, porque tales dineros, jamás pueden estar registrados en la planificación presupuestal, por una sencilla razón, nadie sabía sobre la efectiva construcción de estas viviendas. Falero le pega un portazo a familias trabajadoras que han llegado al punto crucial de alcanzar la vivienda propia y le pone alfombra roja a poderosos empresarios. Los primeros, debieron cruzar un arduo proceso para llegar a concretar el proyecto y todavía tienen por delante el trabajo de construcción y pagar en cuotas esas viviendas. Los segundos, hacen su negocio, prometiendo construir un complejo comercial de 12 millones de dólares.
A los primeros Falero les niega una exoneración que como disparate exagerado representa unos 150 mil pesos menos en la Intendencia. A los segundos, Falero se enoja porque “solamente” les podrá regalar más de un millón de pesos. Falero quiere regalarles el dinero de la contribución inmobiliaria, patente de vehículos y el permiso de construcción… por diez años. A unos les niega “chirolas” y a otros les regala millones. Los dos complejos de viviendas deberían pagar unos 500.000 pesos por concepto de Tasa de Construcción. La normativa departamental estipula que la Intendencia puede exonerarle un 50 % con la posibilidad de agregar otro 20%. Esto permitiría que las familias puedan pagar 350 mil pesos , es decir que la Intendencia solo cobraría el 30% de esa tasa, unos 150 mil pesos. Pero resulta que Falero se niega exonerar también ese 30%, alcanzando al 100%, o sea otorgarle la exoneración total. Entonces, de acuerdo a la normativa vigente, Falero se niega a resignar 150 mil pesos en beneficio de esas familias. Incompresible su postura, para un tipo que quiere exonerar totalmente, por decenas de cientos de miles de pesos, a un emprendimiento millonario. Sin embargo parece ser una patología del Intendente, pues ya es conocido el caso del Diputado Ruben Bacigalupe que no entregó a la Intendencia cientos de miles de pesos que le pagaron las familias dolientes por concepto de “Tasa de Cementerios”. Bacigalupe se quedó con ese dinero durante años y todavía la Intendencia, al descubrirse públicamente este privilegio, le permitió firmar un convenio a largo plazo para devolverlo en cómodas cuotas, y que de inmediato se atrasó en el pago de las mensualidades. En el caso de la empresa fúnebre de Bacigalupe, no fueron 150 mil pesos, sino más de dos millones de pesos. Pero hay más…
Por si toda esta contextualización fuera poca cosa; Falero insiste tercamente en concretar beneficios tributarios para su soñado shopping. Primero propuso y defendió públicamente darle el 100 % de exoneración por diez años. Cuando fue evidente que no obtendría los votos necesarios para lograrlo, ofuscado Falero dijo que había sido un “error” pedir la Categoría A. Allí anunció que enviaría un nuevo oficio pidiendo la categoría B, incluso advirtiendo que podría caerse el proyecto shopping, por caer el beneficio a los empresarios . Ahora, los empresarios debería pagar 40.000 dólares, es decir 1.280.000 pesos aproximadamente. A Falero le parece poco. Vergonzoso.
Pero resulta que ante la insistencia de ediles en lograr la exoneracióin de100% para las cooperativas de viviendas en contraposición con el shopping, el Intendente Falero sale con nuevos desatinos. Niega ampliar la exoneración para las viviendas, y anuncia que remitirá a la Junta un oficio bajando la solicitud a Categoría C. Esta categoría solo otorga el beneficio de poder usar públicamente que está Declarado de Interés Departamental, no otorga ningún beneficio económico o tributario. Pero la desfachatez ha quedado plasmada en diversas notas periodísticas de los últimos días. Muy sueltitos de cuerpo informan que si bien ahora la Intendencia solicitará la Categoría C para el shopping, el intendente agrega la solicitud de exoneración total. Hay un aspecto contundente, si Falero pide la exoneración total, no es Categoría C. Esa solicitud corresponde a Categoría C.
O sea Falero no ceja en su idea original, solo le cambia el nombre. Es el mismo perro pero con distinto collar, o los ejemplos más correctos serían que Falero pretende presentar “un lobo pero con piel de cordero”, o “pasar gato por liebre”. Los ediles deben estar atentos, porque además de ser una tomada de pelo a toda la población, es una falta de respeto a su rol de contralor.
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