Se viven tiempos extraños; falta de valores, discusiones estériles y distracciones innecesarias. Mucho palabrerío, poca efectividad; trámites inconducentes, nulas soluciones. Tiempos de hipocresía severa y generalizada. La Junta Departamental ausculta el mal relacionamiento entre un edil y su suegra. A otro edil se le impide hacer “Pedido de Informes” por su condición de “suplente”. Otro se preocupa porque en el Teatro Maccio se condiciona el ingreso de personas en bermudas para un espectáculo de la Sinfónica del Sodre. Un centro de enseñanza público, que está desbordado, queda a expensas de la voluntad de un grupo carnaval. Etcétera.
Cotidianamente recibimos ejemplos de la falta de criterios al momento de informar o priorizar la información que se difunde. También son absolutamente caprichosas e infantiles las consultas ante temas sensibles en la opinión pública. Muchas veces se consultan autoridades por temas de baja trascendencia y en casos de mayor envergadura las consultas son anémicas o directamente no existen. Hay un serio problema de falta de profesionalismo, de contextualización o profundización de la información que se brinda públicamente; esto se convierte en un grave flagelo para la calidad periodística de la información que se vuelca a la población. Además hay una preocupante inexistencia en la capacidad de análisis sobre la información que se recibe y divulga. Un ejemplo contundente del escuálido nivel periodístico, es lo relativo a la cuestionada “Tasa de Alumbrado”.
Todo lo relativo al “alumbrado” en el departamento de San José, deja al descubierto un factor crucial que explica la estrepitosa caída de la credibilidad de la “clase política” y las “noticias” que de ella parten. Los medios de comunicación, por cómplices o inútiles, también quedan dentro de esa bolsa que cuelga sobre un abismo. Demagogia, mala intención e incapacidad, confluyen en un crisol que termina siendo una sucesión de estafas y tomadas de pelo a la población. Todo para disimular el despilfarro de una pésima gestión, la falta de control, encubierto por un periodismo más preocupado en no perder la mísera pauta publicitaria que en decir la verdad.
Hace unos cuatro años se empezó a manejar la idea de cobrar la “tasa de alumbrado” con la factura de UTE, sacándola del recibo de Contribución Inmobiliaria, donde figuraba como “Tasa de Salubridad y Alumbrado”. No fue una iniciativa de San José, sino que era un plan que se venía aplicando en todo el país. Lo que si fue una novedad en San José, fue la forma de instrumentarla y el costo individual que tendría. La “estafa” empezaba a fraguarse y lentamente se afianzó. Los ediles, responsables de permitir y controlar este zafarrancho, embebidos en su mediocridad, se “comieron el verso” y demoraron en reaccionar, cuando ya era tremendamente tarde. Los periodistas, prefirieron hacerse los distraídos .Hace unos tres años atrás, en 2015, los ediles recibieron en la junta a los técnicos de la intendencia que explicarían la implementación de este nuevos sistema para el cobro de la “Tasa de Alumbrado”. Ya en aquel momento obtuvieron respuestas contundentes sobre la “estafa” que se preparaba.
En 2015, la “Tasa de Salubridad y Alumbrado” se cobraba con el recibo de contribución inmobiliaria. Se proyectaba, que lo relativo a “Alumbrado” empezara a cobrarse incluyéndolo en la factura mensual de UTE que recibe cada vecino. Hace tres años los ediles hicieron una pregunta lógica. ¿Cuánto bajaría el monto de los recibos de contribución inmobiliaria, al dejar de cobrar en ellos lo relativo a “alumbrado”?. La respuesta debió haberlos escandalizado, pues lo único que cambiaría en el recibo de ese tributo sería el nombre de la “tasa”. El monto no cambiaría. Es decir en vez de ser “Tasa de Salubridad y Alumbrado” pasaría a ser “tasa de salubridad”, pero los montos se mantendrían igual. En ese punto poco importaba qué monto tendría la nueva “Tasa” que se cobraría con la factura de consumo eléctrico en cada hogar. Para las familias propietarias de viviendas, no habría un “descuento” del recibo de Contribución Inmobiliaria al eliminar el “alumbrado”, por lo tanto el monto que figuraría como “salubridad” tendría un importante “aumento encubierto”. Ejemplo, antes pagaban 1000 pesos por “salubridad y alumbrado”, ahora pagarían 1000 pesos solo por salubridad. Públicamente no pasó nada. Vergonzoso.
En enero de 2017, se comenzó a cobrar la “tasa de alumbrado” en cada recibo de UTE del departamento. Los datos oficiales indican que durante el 2016, la Intendencia recaudó más de 70 millones de pesos, por la tasa de “salubridad y alumbrado” que se cobraba en el recibo de Contribución Inmobiliaria. En el 2017 con este tributo inmobiliario, la “tasa de salubridad”, recaudó casi 80 millones de pesos… pero con la “tasa de alumbrado” en los recibos de UTE, se cobró un monto de 72 millones. Pablo Urreta, ex presidente del Frente Amplio San José, que ha venido siguiendo esta temática, dijo a sj.uy: “En 2017 la Intendencia recaudó 151 millones de pesos; 78 millones por salubridad, más 72 millones por alumbrado. En 2017 recaudó el doble que en 2016, para brindar los mismos servicios”.
Poco tiempo antes de empezar a aplicarse el cobro de la nueva “tasa de alumbrado” en cada recibo de UTE, se conocieron los valores. La idea original era subdividir los consumidores en cuatro niveles, de acuerdo a la zona de residencia; los montos que se incluirían por “Tasa de Alumbrado” fueron fijados en 150, 240, 270 y 300 pesos. Al final, la Intendencia decidió aplicar solamente dos franjas, las de 150 y 240 pesos, aunque tiene posibilidad de aplicar los cuatro niveles, ya que así fue aprobado por los ediles. Existen unos 7.000 consumidores para pagar 240 pesos mensuales y más de 30.000 clientes de UTE para pagar 150 pesos.
A fines del 2016 la Intendencia puso en marcha el recambio de luminarias por tecnología led, mediante un acuerdo millonario. En enero de 2017 se comenzó a cobrar la tasa de alumbrado en el recibo de UTE. El cortocircuito fue notorio, pues explotaron denuncias de vecinos que se quejaban por la baja calidad de la iluminación que presentaban las nuevas lámparas led. Por un lado, muchísimas familias del departamento, apreciaron como en su recibo mensual de consumo de energía, se notaba un incremento superior al 10%, por efecto de la “nueva tasa”. Pero por otro lado había lugares donde se cobraba esa tasa de alumbrado pero no tenían el servicio en su zona o los casos donde se cambiaron las lámparas de “mercurio” por led, y hubo una fuerte pérdida de iluminación en el lugar. Como se le ha hecho costumbre a la administración Falero, primero rechazó las críticas, después las trató de explicar y después, ya un mes de quejas, admitió la macana.
La Intendencia compró los servicios de la empresa Inducción Magnética para colocar un total de 4300 luminarias led por un monto de 2.250.000 dólares, unos 65 millones de pesos . El costo por lámpara, en promedio, ascendió a 524 dólares cada una. Las quejas por la caída en el servicio de iluminación, desembocó en que finalmente la intendencia admitiera que había un problema y la solución que se encontró fue comprar mejores artefactos para corregir los errores. Se anunció la compra de unas 600 piezas por un costo total de 324.000 dólares ( casi 10 millones de pesos). En este caso el costo promedio por cada artefacto sería de 540 dólares. En ese punto ya se llevaban gastados 75 millones de pesos ( 2.574.000 dólares) para instalar 4.900 artefactos led.
Fue una desprolijidad en todos los sentidos. Nadie cuestionó el asesoramiento de esa empresa, que se “equivocó” en el tipo de artefactos, nadie cuestionó que la intendencia debiera desembolsar más dinero para corregir errores. Siga el baile. Cabe destacar la magnitud de este “error”. Hay que razonar. Si desde un principio se hubiesen comprado 4300 “artefactos buenos” ,de 540 dólares cada uno, el costo total sería de 2.322.000 dólares, apenas unos 80.000 dólares más de la cifra original. Pero no, la Intendencia decidió poner 324.000 dólares para comprar solo 600 lámparas de mejor calidad. Ese dinero hubiese alcanzado para comprar los artefactos lumínicos prometidos para todo Ciudad del Plata, Ecilda, Rodríguez y Libertad. Sin embargo la falta de previsión y control, se terminó pagando con ese gasto innecesario. Nadie dijo nada. Para agravar aún más este descontrol, ahora nos enteramos que la Intendencia pagó unos 80.000 dólares ( 2.400.000 pesos),por el asesoramiento de una empresas cuyo principal objetivo era “optimizar costos”. Otro gasto a todas luces innecesario, atendiendo a los resultados. Además, en el convenio que la Intendencia firmó con UTE para el cobro de la tasa de alumbrado en las facturas, también se menciona un aporte del ente en asesoramiento en un mejor uso de los recursos para una mayor eficiencia energética.
Lo último que se ha sabido sobre este tema es el informe que el Intendente José Luis Falero entregó recientemente a los ediles coordinadores de bancada en la Junta. Falero, respaldándose en sus cifras, aseguró que la Intendencia perdió casi 20 millones de pesos en el 2017, a pesar de haber logrado la mayor recaudación en la historia del canon por concepto de “alumbrado público”. La recaudación creció notoriamente en el 2017, llegando a los 72 millones de pesos, cuando se empezó a cobrar en la factura de UTE. En el 2016, se logró ese monto, pero con el impuesto que se cobraba en cada recibo de Contribución Inmobiliaria, por el concepto unificado de “salubridad y alumbrado”. Se podría inferir que exclusivamente por concepto de “Alumbrado”, la Intendencia duplicó su recaudación. Pero aun así, Falero dice que “no alcanza” y que se perdieron casi 20 millones de pesos. La ineficiencia de la intendencia termina costando dinero de todos los maragatos, pero no pasa nada.
Era previsible que los números de Falero presentaran un burdo maquillaje, para justificar la abusiva “tasa de alumbrado” que se paga. Falero dice que recaudó unos 72 millones de pesos por la “Tasa de alumbrado” en las facturas de UTE y que además recibió otros 28 millones como subsidio por el plan de “eficiencia energética”, todo lo que suma 100 millones de pesos. Pero, en lo que representan los gastos que Falero vincula a “Alumbrado Público”, se les escapó el lápiz. Falero dice que tuvo gastos por un monto de 120 millones de pesos. Siga el baile. Ya característico en Falero, se defendió con un ataque. Antes los reclamos para rebajar la tasa de alumbrado, Falero gritó “retruco”, pues dijo que en realidad debería aumentar la “tasa de alumbrado”… un actitud, tan efectiva como inmoral.
Hay que observar los números aportados por Falero a los ediles. En el listado de gastos, el intendente incluye los 46 millones que debió pagar a UTE por el consumo de energía eléctrica. Pero ¿Cómo llega a los 120 millones de gastos?. Menciona 11 millones en “materiales”, casi 10 millones en “Personal”, casi seis millones por “mantenimiento en Ciudad del plata y Libertad”, y otros cuatro millones de pesos por “combustible” y “reparación de vehículos”. Esos rubros suman unos 31 millones de pesos. 43 millones de pesos están destinados a “recambio de luminarias” y los “estudios para optimizar costos”.
La única explicación lógica a estos números es que la Intendencia esté pagando individualmente los diversos trabajos privados que suponen la compra de los artefactos led, la remoción de las viejas lámparas, que también pague por el uso de los vehículos de las empresas, su combustible, su personal y las eventuales roturas de esos vehículos. Si así fuera, habría que revisar seriamente el millonario pliego licitatorio que adjudicó la tarea a privados. Tampoco se entiende porque solamente figura el “mantenimiento” en Ciudad del Plata y Libertad, pues no hay ningún ítem que diga “mantenimiento” en San José de Mayo, Ecilda, Rodríguez, Libertad, etc. La desprolijidad administrativa de la Intendencia, no solo pasa por demagogia y politiquería barata, sino que cuesta a los contribuyentes millones de pesos, que en resumidas cuentas terminan faltando en otros servicios y obras que debería encarar el gobierno departamental.
La administración Falero desbarrancó y en este punto, ni maquillando los números groseramente, le alcanza para ocultar el despilfarro que genera la pésima gestión. Al parecer, existe el convencimiento que las burradas y acomodos, se pueden tapar con plata… Hablando de “Alumbrado Público”, en algún momento alguien debería dar luz a la realidad de la gestión Falero. Si seguimos así… el último que apague la luz.
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