La triquiñuela que se había orquestado desde la Intendencia para que casi 200.000 dólares de cooperativas de viviendas terminaran en manos de una institución deportiva, tuvo en las últimas horas un freno importante. La Comisión de Presupuesto de la Junta sesionó en la jornada del pasado lunes y hubo acuerdo en interponer una serie de condiciones por un mayor control en el destino de esos dineros. La intendencia propuso un paquete de medidas que volvían a integra propiedad de la Intendencia dos predios donados a Tito Borjas hace cuatro décadas y que nunca fueron utilizados por esa institución. En el mismo acto, la Intendencia vendía los terrenos a una cooperativa de viviendas y en simultáneo destinaba ese dinero al club. Esta maniobra burocrática, fue formalmente presentada en la Junta para su aprobación a finales del año pasado y causó mucha sorpresa en el ambiente político. Se reclamó separar los distintos pasos propuestos por la Intendencia, pero tal extremo se rechazó enfáticamente. En el ambiente político existe el firme convencimiento de la importancia de que una cooperativa de viviendas acceda a terrenos para edificar, pero al mismo tiempo se señalaba la inconveniencia de que el dinero aportado por los cooperativistas fuera íntegramente destinado a una institución deportiva. Pero además, las suspicacias surgieron naturalmente, ya que el actual asesor en Ordenamiento Territorial de la Intendencia, Alexis Bonahon, es el principal referente de Tito Borjas. El tratamiento del tema se dilató en la Junta al surgir opiniones en contrario. Finalmente en las últimas horas, la Comisión de Presupuesto trató el tema y el sentido común primó. Desde la bancada de Alianza Nacional se propuso aprobar la propuesta de la Intendencia pero con una serie de condiciones. Habría acuerdo entre los ediles de Alianza y del Frente Amplio en poner condiciones, sobre todo en lo relativo al destino de los dineros. Se aprobará quitar las potestades de Tito Borjas en los predios en cuestión para que regresen al absoluto control de la Intendencia. Se aprobará que la Intendencia venda los terrenos a la cooperativa de viviendas. Pero se rechaza que el dinero sea automáticamente vertido a la institución deportiva. La propuesta, que por el momento cuenta con apoyo mayoritario, consiste en extremar los controles para el uso de esos dineros. La Intendencia deberá depositar el dinero en una cuenta del BROU donde se mantenga como lo que efectivamente son “Fondos Extrapresupuestales”. La Intendencia deberá llamar a licitación para el proyecto que la institución deportiva pretende desarrollar. Se condiciona también que el proyecto de infraestructura del Club Atlético Tito Borjas deberá formar parte del pliego de la licitación. En ese llamado se deben tener en cuenta todos los costos del proyecto, para que la Intendencia no deba recurrir a recursos propios para cubrir gastos que pueda insumir la obra. La liberación de fondos será condicionado al avance de las obras en cada una sus etapas finalizadas. “La Intendencia deberá controlar que no exista un avance de obra superior al dinero depositado en la cuenta BROU de la Intendencia, y no deberán existir préstamos u adelantamientos de dinero de ningún tipo”. Finalmente se plantea crear una “Comisión de Seguimiento en todas las etapas del procedimiento, de forma de asegurar que la Intendencia Departamental no incurra en ningún tipo de costos adicionales por la citada obra”. De esta forma el dinero pagado por la cooperativa de viviendas a la Intendencia, tendrá un estricto control y férreo seguimiento de su utilización.
Ahora solo queda esperar la reacción del falerismo a estas lógicas condiciones que apuntan a cumplir con la solución habitacional de decenas de familias y al mismo tiempo dar transparencia al destino final de esos dineros. La mayor contrariedad nace de la presencia de Bonahon en “los dos lados del mostrador” en esta transacción millonaria. No es una caprichosa visión del ambiente político, sino que existen muchos antecedentes sobre maniobras dudosas de esta figura del quehacer departamental. Bonahon ha protagonizado varios escándalos en su trayectoria política, des del caso de Maximiliano Ciancciotta, un supuesto empresario que estaba prófugo de la justicia peruana por defraudación. Ciancciota contó con el firme y público respaldo cuando Bonahon era edil. Un buen día todo se descubrió cuando Interpol detuvo a Ciancciota. El escándalo fue mayúsculo ay que Bonahon admitió, siendo edil, que fue un facilitador de la instalación de la empresa fantasma. A pesar de que Bonahon negó cualquier vinculación espuria a Cianccionta, el día que los ediles votarían la Investigación, Bonahon denunció a casi 20 ediles por violar la Constitución. El escándalo fue más grande aún y al final nunca se investigó nada. Pero más acá en el tiempo, cuando Bonahon actuó en cargo de confianza, como secretario general de la Junta, se detectaron incontables irregularidades en el manejo de los dineros del legislativo. Bonahon, acorralado por los serios cuestionamientos, debió renunciar. Hoy, ese caso está siendo investigado por la Justicia, ya que la Junta , institucionalmente radicó una denuncia penal. Sin mencionar el anecdótico mote de “Come cheques” que s ele atribuye a Bonahon, y a modo de ejemplo, estos dos casos mencionados, son parte de la falta de confianza que inspira este dirigente en el ambiente político, inclusive de su propio sector y partido.
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