En nota anterior se definía como “Clan Bacigalupe” a un grupo que siempre resulta vinculado a situaciones irregulares, y no solamente en la actualidad, sino desde hace años, y en diferentes escenarios. El primer párrafo de esa nota anterior comenzaba así: “El diputado nacionalista Ruben Bacigalupe, desde siempre se ha paseado entre una imagen de displicencia y desfachatez. Es casi indefinible conocer cuál es su verdadera cara. En conversaciones con diferentes actores, siempre queda la misma pregunta en el aire ´¿es, o se hace?´. La interrogante alcanza a todas sus acciones, no solamente a su actividad política. Sin embargo, al repasar sus actividades hay un par de cosas que tienen en común; su participación siempre genera sospechas o desconfianza, quejas y denuncias pero ante las consultas su rostro imperturbable, encuentra explicaciones, que muchas veces no conforman. No es buen declamador pero si es un hábil declarante a la hora de justificarse impertérrito”.
En esa nota se hablaba del caso de irregularidades en el manejo de dineros públicos en la Junta Departamental. Esa nota publicada en sj.uy, bajo el título “Justicia profundizará en vinculación del ´Clan Bacigalupe´ en escandalosas irregularidades de la Junta”, en su tramo final tenía el siguiente párrafo: “Fiel a su trayectoria de impregnar todo de dudas, sospechas, falta de transparencia, irregularidades y desprolijidades, Bacigalupe sigue sumando macanas en su gestión en lo relativo a la actividad turfística. Este ambiente también tiene como protagonista excluyente a Bacigalupe y las irregularidades se acumulan en un grado sorprendente; lo que será tema central de una próxima nota en sj.uy”.
Pues aquí va esa nota adelantada. Bacigalupe lleva al menos dos décadas al frente del Jockey Club San José, y ha monopolizado la organización y gestión de todo lo relativo al turf en San José. Particularmente la gestión de Bacigalupe, ha sido protagonista de un serio desmantelamiento de esa institución que en décadas anteriores gozaba de prestigio nacional y contaba con un muy rico patrimonio. La en otrora poderosa e influyente institución, perdió los studs que poseía en el Hipódromo pero también la hermosa casona céntrica que era su sede, hoy convertida en farmacia de una institución médica. Pero la mayor pérdida se ha generado en la credibilidad de la institución que preside Bacigalupe; continuas deficiencias en las carreras organizadas y la absoluta falta de transparencia en la gestión de los dineros, son ya, un sello de distinción de Bacigalupe. La notoria desidia para preservar el patrimonio del Jockey Club también ha sido flagrante en el cuidado y mantenimiento del Hipódromo que es propiedad de la Asociación Rural, pero que desde siempre arrienda el Jockey Club.
En estas últimas dos décadas, solo hubo cuatro años donde Bacigalupe se vio obligado a salir de la troya, como consecuencia de los muy serios cuestionamientos a sus gestión. Todo se desató por la muerte de un caballo durante un entrenamiento. Una baranda arrancada se incrustó en el pecho del animal. La falta de mantenimiento que provocó el fatal accidente, despertó el malestar y dejó al descubierto el estado de abandono en que se encontraba el Hipódromo por omisión del Jockey Club. La tensión fue tal que el Intendente Falero debió formar la “Comisión de Apoyo y Seguimiento a la Actividad Turfística en San José” (Casat) que fue una intervención de la Intendencia y la Junta a la descalabrada realidad del turf. Además se integraron delegados del Jockey Club y de Hípica Maragata una institución formada por propietarios de caballos y trabajadores que estaba en frontal oposición a Bacigalupe y su clan. Increíblemente, Bacigalupe que en ese momento era nada más y nada menos que el Director de Deportes, quedó imposibilitado de integrarse a esa comisión. No lo querían allí, ni cerca.
De cualquier forma, en su condición de presidente del Jockey Club, Bacigalupe operó constantemente, obstaculizando el trabajo del nuevo grupo. Retiró las gateras, le sacó las ruedas, para inutilizarlas, y por si fuera poco reclamó que se pagara un alquiler por el acceso al Hipódromo, una franja de terreno que es propiedad del jockey Club. Se acordó pagar $50.000 por mes. Tampoco reconoció la deuda que se había generado con la Asociación Rural por el alquiler del Hipódromo, por lo que se debió firmar un nuevo convenio, por un monto de 110.000 anuales. Es decir, Bacigalupe no mostró, ni como Director de Deporte, ni mucho menos como Presidente del Jockey Club, ninguna intención de colaborar en la nueva etapa que se abría. Todo lo contrario, movió todas las fichas posibles para destruir aquel movimiento nuevo. Diversos actores denunciaron públicamente estas situaciones e inclusive en un determinado momento se amenazó a Falero con concentrar todos los caballos de carreras en la plaza 33, frente a la Intendencia , como protesta por esta situación. Pero Bacigalupe tampoco puede escudarse en la institución que preside, como impulsora de aquella mezquina actitud. Resulta que la plantilla de asociados al Jockey Club es un misterio, muchas personas denuncian recurrentemente, la imposibilidad de afiliarse a la institución como forma de empezar a incidir en su funcionamiento.
Un reflejo de este círculo cerrado es la eterna integración de la DirectIva, que siempre preside Bacigalupe y que está integrada por sus familiares directos y por acólitos incondicionales. Es decir, Bacigalupe no es el presidente del Jockey Club; Bacigalupe es el Jockey Club. De esa forma, siempre aparece como con un fuerte respaldo institucional que no es tal, es falso. Pero a pesar de todos los intentos realizados por Bacigalupe para hacer fracasar a la nueva comisión, fueron infructuosos entre los años 2011 y 2014. Curiosamente, en esos cuatro años de administración de la Casat las tradicionales carreras del 1º de Mayo dieron ganancia y aparte dejaron sustanciales mejoras edilicias y en equipamiento para el Hipódromo. Anteriormente, Bacigalupe siempre decía que daban pérdidas. Tan sospechoso como inexplicable cambio en la realidad de las carreras. Entre 2011 y 2014, mientras Bacigalupe estaba lejos, la actividad dejó ganancias por más de un millón y medio de pesos, tras haberse arreglado las instalaciones y haber comprado diversos materiales que incluyeron hasta un tractor.
Pero ¿cómo clarificar porqué con Bacigalupe nunca dejaba ganancias? Fácil, revisando las rendiciones de cuentas de cada año. Un dato sumamente importante que caracterizó la gestión de la Casat es la rendición de cuentas, cifra a cifra, dinero que entró y dinero que se gastó, estuvo todo registrado. Por contrapartida durante todas las administraciones de Bacigalupe nunca hubo balances ni rendiciones de cuentas, todo era “de boca”; “boca” de Bacigalupe por supuesto. Finalmente, la Comisión Casat se debilitó por las constantes trabas y se desmanteló el principal actor que era Hípica Maragata. Ya en 2015, Bacigalupe agarró las riendas nuevamente y todo volvió a la triste realidad de sus administraciones. Cuando Hípica Maragata decidió alejarse definitivamente hizo entrega a la Intendencia de toda la documentación; el dinero de ganancias ya lo tenía la Intendencia. Bacigalupe volvió a reinar; y con él la falta de transparencia, las irregularidades… y las bajas o nulas ganancias. Pero antes de seguir con lo relativo al dinero que se mueve en cada 1º de Mayo y que mágicamente se esfuma, hay otro aspecto de extrema sensibilidad actual que se ha registrado en la gestión Bacigalupe.
Recordar que en 2014 se armó un tremendo lío cuando murió un caballo en pleno entrenamiento. Esa no fue la única muerte. Hace un par de años atrás, en unas carreras que organizó Bacigalupe ocurrió algo desgarrador. Ante una importante cantidad de público, un caballo, ya en las gateras para arrancar, se escapó descontrolado, dio una vuelta completa a la pista y cuando lograron acorralarlo, fue visible su estado alterado. Visiblemente, el animal, había recibido alguna sustancia, según admitieron conocedores del ambiente. Allí en un corral junto al público el animal se desplomó y murió, en medio de estertores. Rápidamente lo apartaron, arrastrándolo con un tractor hasta el campo lindero. La sorpresa fue mayúscula cuando el público descubrió que un grupo de personas despedazaron al animal con cuchillas y serruchos. No habían pasado cinco minutos de su muerte y ya le habían retirado buena parte de su carne; el episodio fue filmado.
A pesar de las denuncias públicas y en redes sociales no pasó nada; Bacigalupe no debió afrontar responsabilidades por aquella cadena de salvajadas. Pasó el tiempo y a acercándose el final del año 2016, en carreras organizadas por Bacigalupe un Jockey sufrió una grave caída que aún hoy, meses después lo mantiene postrado. No había servicio medico, que es obligatorio, ni guardia policial, también obligatoria. Bacigalupe arregló todo poniéndose a disposición de la familia del jockey severamente accidentado. No hubo denuncia. Tampoco hubo investigación de oficio por parte de los organismos competentes. Llegó el 1º de mayo de 2017 y otro caballo murió ante la atónita mirada de miles de personas. Puede haber sido un accidente, pero Bacigalupe justificó que los dueños del animal no quisieron hacerle necropsia para conocer las causas de su abrupto fallecimiento. Esta postura del organizador representa una grave irregularidad, desde el punto de vista de las responsabilidades como organizador de un evento con animales.
Esta situación le ha valido a la institución de San José severas críticas por parte de ambientes vinculados al turf y agrega mayor descreimiento a sus actividades. Volviendo al tema económico, las gestiones de Bacigalupe son un verdadero poema. El año pasado, presionado por agentes del turf local, que querían conocer los resultados económicos de las carreras, Bacigalupe recurrió a su vieja táctica. Sin presentar números documentados, se le apersonó a los más inquietos y “de boca” les dijo que “solo habían quedado 76.000 pesos”. Así no más, sin otra explicación. Entran millones de pesos y se gastan millones de pesos; 76.000 pesos de ganancias. No hubo rendición de cuentas, como siempre estila Bacigalupe. Este año, ya cumpliéndose un mes de las carreras del 1º de Mayo, tampoco hay documentos sobre los resultados económicos. Lo único que hay, como siempre, son declaraciones de Bacigalupe. Otra vez “todo de boca”, pero en algunos aspectos parece suficiente para dejar al descubierto las falacias.
Pocas horas después del 1º de mayo a impulso del escándalo por la muerte del caballo, – cuya filmación recorrió el país entero – Bacigalupe fue a algunos medios y dio declaraciones. En ese momento dijo que todavía no estaban contabilizados los números pero estimó que habían apostado una cifra próxima a los 3.000.000 de pesos, que habían concurrido unas 10.000 personas y se vendieron 2.500 entradas, aunque otras versiones señalan que fueron 5.000 las entradas vendidas. Cabe recordar que el costo de la entrada era de 100 pesos, por lo tanto esa diferencia en la cantidad de entadas representa unos 250.000 pesos. Hasta donde supo sj.uy no hubo un control oficial de las entadas en la jornada de carreras; es decir la cantidad de gente que pagó entrada es y seguirá siendo un misterio. Oficialmente no hay nada y si la costumbre de ocultamiento se mantiene, tampoco lo habrá.
Las últimas declaraciones de Bacigalupe, por supuesto que también “de boca”, indican que las “ganancias” de este 1 de Mayo, ascendieron a los 280.000 pesos. Otra perlita es que con las entradas, un porcentaje mínimo es destinado a la beneficencia. ¿Pueden adivinar quién es el presidente de una de las instituciones favorecidas con un porcentaje de las entradas vendidas?. Exacto, Bacigalupe. Desde siempre el Club Nacional de Futbol, se beneficia con dinero del 1 de Mayo. Pero en medio de todo este desprolijo proceso de organización, administración y gestión de la actividad turfística por parte de Bacigalupe, tuvo en estos últimos días otro detalle enervante. Según pudo saber sj.uy la semana pasada, la Intendencia dispuso el pago del 105.000 pesos a la Asociación Rural por concepto del alquiler del Hipódromo. Si, así como lo lee, un escenario dedicado a la timba, que anualmente insume cientos de miles de pesos de la Intendencia para arreglarlo a cada 1 de Mayo, pues la plata de ganancias se esfuma, no puede pagar su propio alquiler. Bacigalupe dice que quedaron 280.000 de ganancia pero la Intendencia pagó el alquiler.¿ por qué? Es una buena pregunta.
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